Conferencia Elisa Valero Ramos

Su primera obra fue la restauración del restaurante Manantiales de Félix Candela, en Xochimilco, México. Escribíó su primer libro en la Academia de España en Roma y desde el año 1997 trabaja en un pequeño estudio cerca de la Alhambra. Su vinculación al mundo del arte comienza en su infancia y es connatural en su trabajo la interacción con otras artes. Su madre era pintora. A través de su mirada intensa y su paleta descubrió el color y la luz. En un momento cultural en que la densidad del ruido es enorme apuesta por la arquitectura que actúa en silencio, serenamente, sin llamar la atención. Le interesa la vivienda, el paisaje, la precisión, la economía de medios y de recursos expresivos. No le interesan las modas. Le interesa más la constancia que la genialidad, la coherencia que la composición artística, y entiendo la originalidad como el redescubrimiento del genuino sentido de las cosas. Le interesa la arquitectura enraizada en la tierra y en su propio tiempo. Acepta los condicionantes de la arquitectura como las reglas de un juego muy serio y divertido que procura jugar con coherencia y rigor. Aunque hablar de servicio está poco de moda, entiende que el trabajo del arquitecto es por antonomasia un servicio para hacer más amable la vida de las personas. Noble oficio que procura hacer un mundo más bello, más humano, una sociedad más justa. La arquitectura no es tarea para nostálgicos sino para rebeldes.